lunes, 11 de febrero de 2013

Las Cuadrillas Forestales

Es posible que ya el comienzo no sea muy afortunado porque no se muy bien si todavía se siguen llamando así o tienen otro nombre más técnico, pero lo importante es que se sabe que nos referimos a esos grupos de personas organizados que actúan sobre la masa forestal no sólo evitando incendios, que también, sino atendiendo a todas las necesidades de la misma.

Profundizando en esta idea es cierto que en ocasiones se ha relacionado las cuadrillas forestales con la imagen de un grupo de personas con todos los medios preparados para el momento que se produzca un incendio acudir a extinguirlo. Pero esta imagen o pertenece al pasado o quizás al imaginario de los oficios. Por eso mismo se las considera como una actividad del verano o del periodo de riesgo.

Pero la masa forestal es un ente vivo formado por árboles, arbustos y todos los seres que en ella habitan y sus necesidades son mucho más importantes que actuar en el momento del desastre. Los ejemplos nunca suelen ser acertados del todo, pero es como si en la salud de una persona sólo actuamos en el momento de la enfermedad o del desenlace final. Todos tenemos claro que lo fundamental es tener unas prácticas saludables, unas vacunas y unos controles para evitar la enfermedad. En las masas forestales ocurre lo mismo hay una serie de actuaciones de limpieza, de eliminación de plagas, de generación de biodiversidad, de control de actuaciones humanas perjudiciales de adecuación del terreno, de preparación y mantenimiento de accesos, de creación de barreras y algunas otras que ignoro, que hacen necesaria la actuación de estas cuadrillas durante todo el año.

Si este no fuera argumento suficiente para justificar que estas cuadrillas no sean eventuales y con periodos de duración adaptados a necesidades presupuestarias, se pueden encontrar otras razones del mismo peso en la conveniencia de crear puestos de trabajo en el mundo rural, nunca puestos sin sentido, sino plenamente justificados, que además ayuden a frenar la despoblación de estos pequeños núcleos que siguen avanzando hacia su desaparición. La conveniencia de apostar por una economía verde, que genera empleo en la gestión de todo aquello relacionado con una mejora constante del planeta y abandonar el viejo modelo de la ocupación del territorio y la extracción de sus riquezas sin ningún tipo de límite. La necesidad de reactivar la vida cotidiana de los pueblos con gente joven y niños en las calles.

Por todo esto y, seguro que alguien encuentra mas argumentos, es conveniente que las cuadrillas sean estables, con personal bien formado y con una perspectiva de futuro que les haga comprometerse mas si cabe, pues me consta que ya lo hacen, con su trabajo, sus montes y sus pueblos. Que la tarea sea permanente y sin descanso en unas masas forestales cada vez mas descuidadas por el abandono de sus propietarios y por el envejecimiento de sus habitantes; que la ordenación de los montes sea una tarea diaria; que la lucha por la biodiversidad impregne el trabajo permanente de estas personas que componen las cuadrillas.

La presencia permanente de las cuadrillas forestales debe ser una reivindicación del mundo rural y, sin demagogias, con la convicción que son un bien necesario y en ningún caso caro frente al beneficio que proporcionan a todos, pues sin unas buenas masas forestales la calidad de vida de todos, rurales y urbanos, no es la misma.

 Javier Oquendo