En los últimos días del año ya estamos pensando en el verano que viene. Como desde hace mas de 25 años volvemos a programar los campamentos con la misma ilusión que siempre. Este año el Centro de interés será "el Planeta limpio", que responde a nuestra inquietud por educar ambientalmente y generar una conciencia positiva y distinta sobre nuestros comportamientos con el planeta en que vivimos.
Seguimos manteniendo muchas de nuestras actividades estrella, aunque siempre cambiando e innovando para ofrecer cosas nuevas y adaptadas a nuestro momento.
El periodo de inscripción lo abriremos en febrero, pero podéis ir pensando en como organizaros y ver que turno os resulta mejor para los intereses de toda la familia.
Tenéis más información en la página web: www.eanamaestrazgo.es
Feliz año a todos os deseamos el equipo de EANA.
viernes, 28 de diciembre de 2018
domingo, 2 de diciembre de 2018
Reflexión sobre la despoblación
Hartos de la despoblación
Esta palabra es la mas
repetida en el entorno que me muevo en los dos o tres últimos años y la verdad
es que genera un cierto hartazgo en un buen número de personas residentes de
continuo en el mundo rural y, sipungo, que también en quienes estan en contacto con él.
Por una parte el vivir con la
despoblación te quita posibilidades y servicios que en ocasiones consideras
básicos, aunque siempre hay que cuestionar lo que hoy en día entendemos como
tal o con la palabra necesidad, que todavía es más peligrosa. Es cierto que el
sistema sanitario se ve afectado por la falta de compromiso de este sector, por
supuesto no todos, para desplazarse o desarrollar su tarea en un mundo carente
de algunos pequeños servicios. No lo es menos que hay una cierta precariedad
laboral, y en el mismo sentido la dificultad para cubrir algunos puestos de
trabajo. Quizás la educación es donde menos se note, pero hay limitaciones de
tiempo y espacio para desarrollar ciertas actividades extraescolares, que por
otra parte en ocasiones no se sabe si es muy conveniente desarrollarlas. Las
redes de comunicación modernas por supuesto que han llegado, aunque quizás les
falte velocidad y en algunos casos disponibilidad, pero es cierto que para las
labores diarias suele ser suficiente y si resulta que lo que más tenemos es tiempo,
para que queremos correr tanto, es posible que pasarse a la vida slow o
tranquila, quitando esnobismos que no son muy rurales, sería una manera de
vivir nuestra identidad. Las comunicaciones carreteras no son una maravilla,
pero tampoco necesitamos autovías a todas manos para no ocuparlas y para que
nos vayamos más rápido de los pueblos en lugar de para llegar antes;
ferrocarril, AVE, aeropuertos no es que tengamos mucha necesidad, excepto
alguna línea ferroviaria que de posibilidades de distribuir los productos que
se generan en estas tierras. Todas estas carencias y otras muchas cosas
producen una cierta hartura y cansancio.
Pero lo que realmente nos
harta a algunos y creo que bastantes de estos residentes en zonas con muy baja
densidad de población, es el aprovechamiento que están haciendo algunos de esta
situación para propio beneficio o para generar encuentros y jornadas que poco o
nada aportan y casi siempre se celebran en grandes ciudades, pues es donde hay
población para llenar el aforo. También que a algunos se les ve la patita de
que lo que se busca son fondos de distintas procedencias para crear infraestructura
y estructuras que vivan de la despoblación, pero sin cambiar la misma. Peor
todavía cuando se usa como argumentario con tintas racistas o xenófobos o se
quiere utilizar para la conquista de votos y de vetos. El tono de desasosiego
sube cuando con esta excusa se intenta recoger todo aquello que los demás no
quieren o se intenta engañar con proyectos o actividades que en nada benefician
a los actuales y futuros residentes del medio rural y sólo sirve la despoblación como excusa para
instalar cuantos más parques eólicos mejor, destruyan lo que destruyan, o
cuantas más empresas contaminantes mejor, pues más valer vivir ahogados que
tener tanto desahogo, cuantos más vertederos o extracciones de riqueza pues más
puestos de trabajo, aunque sean de mala calidad y nocivos. Y así podiamos
seguir un buen rato.
Alguno dirá, ya están los del
pueblo con su nula visión del futuro y su conformismo fruto de la falta de
cultura o quizás sólo del adormilamiento que produce tanta pasividad. Pero es
que ya no cabe mas discurso y hay que pasar a presentar propuestas, como las
que cada día llevamos a cabo en distintos puntos de las zonas despobladas; es
que ya estamos deseosos de propuestas que partan y vuelvan al mundo rural; de
experiencias, que existen muchas, que ayuden a revitalizar las zonas vaciadas;
de gentes que trasladen su domicilio porque de verdad se dan cuenta que vivir
es algo distinto a consumir y amontonarse para hacerlo.
Algunos quieren un mundo
rural que responda a esta palabra, que preserve su cultura, que conserve la
riqueza natural heredada, que ofrezca un modelo de educación ecosocial y
comunitaria, que valore los recursos por encima de las necesidades, que apueste
por la equidad y no por la justicia, que se cuente con él a la hora de tomar
decisiones que le afecten, que en definitiva se crea que un futuro diferente es
posible y que cambiando el modelo cambiarán las dinámicas poblacionales.
En toda esta tarea nadie debe
quedar excluido ni apartado, pero hay ideas y proyectos que no tienen cabida.
Si todos a una pasáramos a la acción otra suerte nos esperaría. La utopía es
alcanzable sólo en parte, pero se puede buscar.
Javier Oquendo
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